En magníficos escenarios naturales con Christoph Jorda y el B1X | Profoto (ES)

Christoph Jorda lleva el B1X a cotas más altas

11 diciembre, 2017

Escrito por: Steven Hanratty

Christoph Jorda y su equipo se enfrentan a los elementos y a la gravedad. Suspendidos en una cinta de slackline de un centímetro de grosor a 25 metros de altura sobre una remota y virulenta cascada, el equipo captura varias imágenes cargadas de adrenalina.

Christoph Jorda se crió a solo 30 minutos de los Alpes. Por eso no sorprende que, teniendo una de las maravillas de la naturaleza justo a las puertas de su casa, Christoph desarrollase desde pequeño su pasión por los deportes al aire libre como el esquí, el ciclismo de montaña y la escalada.

La fotografía también estaba presente en su familia, por lo que Christoph no tardó mucho en coger una cámara. Desde ese momento, fue inevitable que su gusto incansable por la naturaleza y su amor por la fotografía se fusionasen en una profesión que ha llevado a Christoph a crear imágenes extraordinarias en varias de las localizaciones más hermosas, agrestes y, a menudo, inhóspitas del mundo.

Para poner a prueba el Profoto B1X, Christoph quería hacer algo diferente, algo que llevase el B1X al límite y que crease una imagen memorable. Por suerte, Christoph y un grupo de amigos estaban a punto de embarcarse en un viaje a una estrecha garganta situada en la parte inferior de un lago de Austria, a 30 kilómetros de la frontera con Alemania.

“Cada año vamos a hacer slackline a grandes alturas, es algo que nos apasiona, por lo que estuvo genial poder contar con el Profoto B1X”.

Este tipo de sesiones presenta muchos desafíos. En primer lugar, para llegar hasta la localización tuvieron que caminar durante 40 minutos por el bosque con 50 kilos en cada mochila, por lo que les ayudó mucho que los tres B1X que transportaban fuesen increíblemente ligeros pese a tener un flash tan potente. Ya en la localización, la instalación de la cinta de slackline resultó difícil. “La calidad de la roca era bastante deficiente y, por razones de seguridad, no pudimos realizar la sesión en la localización que tenía en mente. Tardamos 12 horas en encontrar otro lugar y perforar la roca con los pernos para asegurar la cinta. Para entonces ya era demasiado tarde para realizar la sesión, por lo que tuvimos que acampar al aire libre”.

Al día siguiente se dieron cuenta de que, en efecto, habían encontrado la localización perfecta. En Kleiner Plansee, una sección de un gran lago que se encuentra en una zona elevada, se origina una cascada de 238 metros de caída que baja por una garganta rocosa hasta llegar al río Lech. Colocaron la cinta a 25 metros de altura sobre una pequeña poza en Stuibenfälle, la zona de la cascada elegida por el grupo.

Es aquí donde Christoph capturaría su primera imagen, fotografiando la cinta que se extendía sobre el precipicio desde debajo del nivel del agua de la poza, con la cámara protegida por una carcasa hermética de plástico.

Uno de los B1X estaba situado cerca de la cámara apuntando hacia el agua para iluminar las rocas que había bajo la superficie y el otro estaba en mitad de la cascada escondido detrás de unas rocas, iluminando a Jakob a medida que caminaba por la cinta; estaban listos para empezar.

Corta la respiración ver a Jakob avanzar poco a poco por la delgada cinta, con el pulso acelerado y el rugido del agua cristalina retumbando en sus oídos, con los brazos abiertos sabiendo que un solo movimiento en falso podría suponer un desastre; pero Jakob es un maestro y consiguen obtener la imagen.

Lo primero que impactó a Christoph fue la consistencia de los disparos del flash, teniendo en cuenta que uno de los Profoto B1X se encontraba a más de 80 metros de distancia tapado por una roca y rodeado de agua. El otro aspecto que le impactó fue la tremenda potencia que podía generar el B1X. “Ser capaz de disparar a pleno día a velocidades altas de obturación me ofrece posibilidades infinitas”.

A continuación, el grupo se desplazó a la parte superior de la cascada. En primer lugar, Christoph fotografió a Jakob mientras caminaba sobre la cinta de espaldas a la cámara hacia el sol brillante. Como resultado, solo se veía la silueta de Jakob, por lo que colocaron un B1X con una luz suave detrás de él para darle iluminación y definición a su espalda.

Después fotografió a Karin Doblander, apasionada del slackline, desde un ángulo alto por encima de la cinta, apuntando hacia el agua que se encontraba mas allá del saliente rocoso. Karin es una experta practicante de slackline; no solo caminó por la cinta sino que, en un momento dado, decidió tomarse un descanso y tumbarse sobre ella.

Mientras avanzaba, el ayudante de Cristoph sujetaba un B1X con un Magnum Reflector en el extremo de la cinta hacia el que se dirigía Karin, proporcionándole luz para diferenciarla del fondo. “El sol estaba aún bastante alto, pero el B1X se sobrepone fácilmente, lo que permitió destacar su figura sobre los tonos apagados del fondo”.

Para la fotografía clave, Christoph necesitaba una atmósfera oscura y taciturna, por lo que para hacer tiempo mientras el sol seguía brillando, decidió hacerles algunos retratos a Karin, Frans y Jakob. Quería crear una calidad onírica con un enfoque nítido en los ojos y que el resto de la imagen desapareciese, desenfocada.

Para conseguir este efecto, situó un Profoto B1X a cada lado del miembro del equipo, cada uno con un Zoom Reflector. Con un objetivo de 85 mm en la cámara y una apertura de 1.4, Christoph pudo fotografiar con una velocidad de obturación súper rápida. El resultado fue sorprendentemente intenso, casi obligando al espectador a establecer contacto visual con el sujeto.

Al fin, la luz comenzó a atenuarse y el equipo tuvo que actuar rápido para obtener la imagen que Christoph había concebido.

Con la cámara montada en un trípode bajo la cascada, necesitó tres flashes Profoto B1X para modelar la iluminación exacta que pretendía conseguir. Uno estaba oculto tras unas rocas a media altura de la cascada, justo debajo de la cinta. La función de este flash era iluminar a Jakob, que sería el siguiente en caminar por la cinta.

El equipo situó los otros dos en la parte superior de la cascada, apuntando hacia abajo. El primer B1X proporcionó detalle y definición a la superficie de la roca, y movimiento al agua que caía estruendosamente; el segundo separó a Jakob del fondo.

Una larga exposición sincronizada en el segundo obturador permitió a Christoph capturar el hermoso movimiento del agua mientras Jakob aparecía nítidamente congelado en mitad de la cinta, con un elegante marco rocoso y con la cascada detrás de él. Es casi como si estuviese flotando en el aire. Christoph estaba encantado con el resultado: “El Profoto B1X me permitió capturar la imagen que quería sin riesgos”.

Es una imagen épica y espectacular, la unión perfecta entre el deportista y la naturaleza; la quintaesencia de Christoph Jorda.

Ahora toca el camino de vuelta a casa...

Escrito por: Steven Hanratty

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