Ya sea debido a la disponibilidad del entorno o del sujeto, en determinadas ocasiones la velocidad es fundamental. En un entorno como el Puente de Brooklyn no tienes más remedio que disparar y correr; porque, a menos que realices la reserva con meses de antelación y cuentes con un enorme presupuesto para pagar los permisos de montaje, el Departamento de Policía de Nueva York te sacará de allí con bastante rapidez. Para realizar una sesión fotográfica allí debes ser muy discreto, llevar un equipo pequeño que ocupe poco espacio y entrar y salir deprisa.
Y ahí es donde el Profoto A1 mostró realmente su versatilidad para el fotógrafo Sal Cincotta, que utilizó un par de flashes A1 para convertir el famoso monumento en su estudio personal. "Quería crear unos retratos con un aspecto dramático", comentó. "Cuando se trata del Puente de Brooklyn, es difícil llevar a cabo algo único, pero quería hacer algo que fuera único para mí, sin perder esa energía especial de Nueva York".
La sesión fotográfica fue por la noche y, en la primera toma, Sal necesitaba añadir luz para que los ajustes de ambiente y color concordaran con la escena. Por lo tanto, combinó dos flashes A1, ambos con filtros de gel CTO para aportar calidez: instaló uno en el suelo, detrás de sus modelos, como luz de fondo y el otro lo llevaba integrado en la cámara. Además, dado que el flash A1 es tan fácil de usar, todo lo que Sal tuvo que hacer fue concentrarse en obtener la toma que deseaba. "Con un flash A1 externo situado detrás, en el suelo, tenía las líneas dominantes dirigiendo la atención hacia la pareja", aclaró.
En la segunda toma de primer plano, de hecho, Sal utilizó 3 flashes A1. Sal colocó un flash integrado únicamente como disparador y, entonces, solo utilizó la luz de modelado de los otros dos flashes A1 como fuentes de luz. El primer flash A1 externo contaba con un filtro de gel CTO cálido, que había añadido para proporcionar una suave luz cálida. El segundo flash A1 externo, sin filtro de gel, se colocó detrás de la pareja de modelos y actuó como luz de contorno, para separarlos del fondo. Puesto que el A1 colocado detrás de la pareja no tenía ningún filtro de gel para aportar calidez, la luz era más fría, por lo que daba la impresión de que la luz de contorno que se proyectaba sobre la pareja y los separaba del fondo provenía de las luces de Manhattan que tenían detrás.
Al utilizar el flash A1 de tres maneras completamente distintas, los resultados fueron todo lo que Sal había imaginado: Una perspectiva singular en una de las ubicaciones más famosas del mundo.