Como muchos fotógrafos de luz natural, Mara Saiz siempre ha temido las condiciones de iluminación adversas y cambiantes. Sin embargo, su experiencia con el Profoto A1 ha cambiado su perspectiva. El “pequeño sol en su mochila” se ha vuelto indispensable en su fotografía, incluso siendo una fotógrafa de luz natural.
La fotógrafa madrileña Mara Saiz se crió en una pequeña localidad de Castilla-La Mancha. Esta región española es la tierra de Cervantes. Sin embargo, en lugar de luchar contra molinos de viento como Don Quijote, el espíritu artístico de Mara se alimenta del silencio, la luz y la tierra, elementos habituales de este entorno extraordinario.
Le apasionan las personas, sobre todo las mujeres. A través de sus imágenes, Mara profundiza en su ser más esencial y en su conexión con la naturaleza, la luz y el color. Los tonos rojos son recurrentes en su obra, ya que para ella simbolizan la vida en su máxima expresión. Y en su obra se deja notar la influencia de Edward Hopper, Vermeer o Klimt.
La idea que Mara concibió para la serie fue la de “unas hermanas que guardan un gran secreto familiar”. Como localización eligió Innovahaus, en Valencia, un espacio versátil e inspirador con zonas tranquilas tanto exteriores como interiores: el lugar perfecto para comprobar la versatilidad del Profoto A1.
“Para mí, el Profoto A1 es como tener un pequeño sol en mi mochila que me proporciona la luz que quiero donde yo quiero”.
Para la primera de sus imágenes en exterior en Valencia, se encontró un cielo medio encapotado, lo que hacía que la iluminación fuese impredecible e irregular. Para compensar, Mara utilizó el Profoto A1 sobre la cámara, apuntando directamente a la modelo. La luz del A1 ya es de por sí suave y natural, pero para suavizarla todavía más, añadió el Dome Diffuser a la antorcha del A1 para evitar el exceso de sombras en la piel.
Dado que la luz cambiaba constantemente, Mara decidió capturar todas estas imágenes con el A1 en modo TTL. De esta manera, se aseguró una exposición correcta. La imagen de la modelo de pie frente a los tonos verdes apagados del platanero es de una calidad enigmática, casi surrealista.
Mara conserva esta sensación tranquila y surrealista en su siguiente imagen. Ambas modelos se encuentran en la esquina de un gran muro monocromático, donde sus prendas coloridas contrastan con el desolado y casi agobiante cemento detrás de ellas.
Una vez más, la consistencia de la luz fue un problema debido a las condiciones cambiantes. En este caso, continuó con el A1 sobre la cámara con el Dome Diffuser. Así, proyectó una luz suave y directa hacia las dos modelos para equilibrar sus tonos de piel a la perfección. La única diferencia fue que Mara decidió trabajar en modo manual para conseguir una luz más directa y uniforme.
Hay algo en el clásico Dos Caballos que evoca una época más romántica.
Aquí la luz ambiental se mantuvo constante, aunque la incertidumbre de posibles cambios llevó a Mara a usar una vez más el A1 en modo TTL.
“Para estas imágenes quería una luz mucho más suave para mis modelos. Por eso utilicé el Soft Bounce. La calidad de luz que ofrece este accesorio me recuerda a la luz del sol filtrada por una nube”.
En la habitación, Mara necesitó el A1 para proporcionar una luz directa que llenase la escena y envolviese a las modelos. No obstante, lo fundamental era mantener el misterio onírico de la temática, por lo que utilizó una vez más el A1 integrado en la cámara con el Soft Bounce. Trabajar con el TTL supuso que Mara no tuviera que preocuparse por la parte técnica de la luz y pudiera centrarse en dirigir a las modelos.
Mara tenía ganas de aprovechar un campo de naranjos cercano con unos tonos verdes oscuros, casi tropicales, tan solo interrumpidos por la aparición de la típica fruta valenciana. Sin embargo, el sol caía rápidamente, creando un fuerte contraluz.
Para compensarlo, Mara utilizó el A1 en cámara a potencias altas. Pero el A1 no sólo tenía que rellenar, ya que Mara buscaba unos tonos de piel suaves y naturales. Para estos casos, el Dome Diffuser es el modificador ideal, ya que ayuda a suavizar todavía más la luz proyectada sobre los rostros de las modelos.
La ciudad de Valencia es un crisol de diferentes estilos arquitectónicos, desde el art decó hasta el modernismo más exuberante. La pintoresca plaza presenta un estilo más clásico, con sus líneas simétricas de balcones y balaustradas.
En esta localización el sol estaba oculto detrás de los edificios, lo que provocaba que la luz fuese demasiado uniforme y proporcionaba unos tonos grises y apagados.
Mara disparó desde un ángulo bajo con el A1 integrado en la cámara y con la antorcha orientada hacia el cielo. Le añadió el Dome Diffuser porque no era necesaria una gran cantidad de luz, tan solo la suficiente para asegurarse de que los tonos radiantes de la piel diferenciasen a las hermanas del fondo suave y teatral que suponía la fachada del edificio.
Para las imágenes finales del proyecto, Mara optó por trabajar en una cafetería. Allí, aunque el ambiente era exactamente el que buscaba, la luz no. “Estaba repleto de bombillas incandescentes que proyectaban luz desde lugares incorrectos”.
En este caso, Mara necesitó trabajar con dos A1. El primero de ellos estaba sobre la cámara en modo TTL con el Dome Diffuser y apuntaba directamente a las modelos. El segundo A1, con una Bounce Card incorporada en la montura magnética de la antorcha del flash, lo sujetaba su ayudante y servía para proyectar luz hacia el techo, desde donde rebotaba hacia la escena. De esta forma, Mara fue capaz de conseguir una luz uniforme y obtener unos tonos de piel perfectamente equilibrados.
Mara siempre se ha considerado una fotógrafa de luz natural, pero ahora el A1 es un elemento básico en su fotografía.
“El A1 es mucho más que un flash de cámara en cuanto a su funcionalidad y calidad de luz. Me permite afrontar cada sesión y cada escena sin miedo, con la seguridad de que obtendré siempre una maravillosa luz natural”.