El baile posterior al banquete es uno de los mayores retos a los que se enfrentan los fotógrafos de bodas. Para hacer una prueba in situ de Profoto A1, el flash de estudio más pequeño del mundo, el estudio canadiense Two Mann Studios organizó, con motivo de su tema para Profoto “The world is my studio” (El mundo es mi estudio), un baile en una sala de conferencias con el techo y las paredes negros... la peor pesadilla de los fotógrafos de bodas.
Nominados por Fearless Photographers durante cuatros años consecutivos como los dos mejores fotógrafos de bodas del mundo, el equipo canadiense formado por el matrimonio de Lanny Mann y Erika Jensen Mann lleva desde 2002 creando imágenes.
Todo empezó en un viaje por las montañas de la Patagonia. “Para nosotros, la fotografía era una forma de compartir nuestras experiencias por el mundo con nuestros familiares y amigos”, afirma Lanny.
A lo que Erika añade: “Usamos las cámaras para capturar todo lo que nos parece interesante. Y, al final, eso ha determinado nuestro estilo. Nos gusta la naturaleza en estado puro, los paisajes épicos y la personalidad. Nuestro estilo está marcado por estos tres factores. Queremos que nuestro estilo sea realista, enérgico y sincero.
“No nos consideramos fotógrafos creativos”, continúa diciendo. “Lo que más nos gusta documentar es la realidad porque no nos imaginamos nada más interesante que la propia realidad”.
“¿Escribieron este eslogan pensando en nosotros?”
Cuando Profoto se puso en contacto con Two Mann Studios y les preguntó si querían probar el Profoto A1, el flash de estudio más pequeño del mundo, se entusiasmaron con todas las posibilidades que ofrecía.
“Sabemos por otros colegas de profesión que la calidad y fiabilidad de los productos Profoto es incomparable”, afirma Erika. “Sin embargo, nada de lo que hay en la gama de productos actual de Profoto se ajusta a nuestros ideales minimalistas. Queremos presentarnos en una boda o en un lugar simplemente con una bandolera”.
En parte, eso es porque ninguno de los dos ha trabajado en el pasado con fotografía de estudio, sino con fotografía documental en localizaciones. Sobre el tema “The world is my studio”, Lanny afirma que su primera reacción fue “¿han escrito este eslogan pensando en nosotros?”
Sin duda: Su pasión por los viajes ha marcado la forma en que Erika y Lanny han diseñado todo su negocio (y estilo de vida): pueden trabajar en cualquier parte del mundo con un portátil y una configuración fotográfica muy sencilla. De hecho, la pareja ha sacado a sus dos hijos pequeños del colegio y los ha llevado consigo en un viaje por todo el mundo, en el que visitaron seis continentes e hicieron fotos y un blog durante toda la aventura. “‘El mundo es nuestro estudio’ está muy ligado a nuestro estilo de vida actual”, afirma Erika.
La peor pesadilla de un fotógrafo
Con la idea de documentar la realidad para este proyecto, decidieron organizar un baile que fuese lo más realista posible, e invitaron a muchos fotógrafos de bodas y organizadores de boda de Calgary a una discoteca local.
Para hacerlo aún más difícil, Two Mann reservaron una fea sala de conferencias con el techo y las paredes negros donde era imposible que rebotase la luz. “Ese sitio se conoce entre los fotógrafos de Calgary como la peor pesadilla”, dice Lanny.
7.892 capturas sin perder ni una sola
El baile es uno de los pocos momentos de una boda en el que Two Mann utilizan constantemente el flash, y su equipo actual les limita. “Según lo desenfrenado que sea el baile, capturamos entre 5.000 y 8.000 imágenes en la pista”, comenta Erika. “Con nuestro sistema actual, gastamos entre 35 y 40 baterías AA, y perdemos como mínimo un tercio de las capturas porque el flash no se recarga lo suficientemente rápido”.
Lanny añade que su forma de hacer las capturas es muy distinta a la de la fotografía de estudio porque no controlan TODAS las pequeñas variables que marcan la diferencia. “La realidad se despliega delante de la cámara”, afirma. “No tienes el control. Simplemente tienes que aprovecharlo todo al máximo.
“Normalmente, tienes la esperanza de que todo va a coincidir... la cámara va a enfocar el sujeto adecuado en el momento adecuado, el disparador disparará justo cuando el sujeto o su pelo esté en la posición perfecta. Son microsegundos. ¡Y, por supuesto, que el flash se dispare!”
Afortunadamente para todos, el Profoto A1 hizo justicia a su eslogan “Nunca te pierdas una imagen” con una fiabilidad total. “El día de la sesión de Profoto, apretamos el disparador 7.892 veces y el flash se disparó 7.892 veces... cada vez que el disparador se acopló. ¡Y todo eso con una sola batería!”, afirma Lanny. “Así que ahora ya no perdemos ni una sola captura debido a un fallo del flash, ¡y eso es INCREÍBLE!”
Documentar el baile
Para la mayoría de capturas, Erika y Lanny utilizaron un Profoto A1 fuera de la cámara y un segundo A1 sobre la cámara como disparador. Para hacer una captura dramática en blanco y negro de la novia, Two Mann utilizaron la luz ambiental de la consola del DJ para presentarla en primer plano. Se disparó un solo flash de la bailarina con una perspectiva desde la derecha de la cámara, a unos 90 grados desde el sujeto. “A veces, para editar una imagen en blanco y negro se presta más atención a lo que está pasando con la luz”, afirma Lanny. “Si es una luz fuerte y dramática, por ejemplo, a veces el blanco y negro producirá ese efecto”.
En ocasiones, Erika y Lanny utilizaron un solo Profoto A1 para más de una función. Por ejemplo, hicieron una captura desde entre las piernas del invitado que hacía de novio, y la cámara se puso a nivel de suelo con un Profoto A1 como disparador. Un ayudante con un monópode sujetó un segundo A1 con un ángulo de 80° sobre la invitada que hacía de novia. “Es tan fácil como que haya un off-camera flash situado en el lateral”, explica Lanny. “Pero ese flash también retroilumina las piernas del novio. Por lo que ilumina de lado a la novia, pero también el contorno de las piernas del novio”.
Luz de halo y bonitos tonos de piel
Cuando la máquina de humo se puso en marcha, Erika y Lanny retroiluminaron a los sujetos, proporcionando luz de halo desde dentro de la niebla con un Profoto A1 y un segundo A1 en cámara con la Bounce Card del A1 para crear relleno. “Decidimos hacerlo así porque sabíamos que la niebla captaría el flash de detrás muy bien y crearía un lienzo para el bailarín”, dice Erika.
Two Mann también descubrieron que la capacidad TTL de Profoto A1 facilitaba su combinación con la luz ambiental. En una captura, utilizaron las luces del DJ para retroiluminar la niebla al mismo tiempo que colocaron un Profoto A1 fuera de la cámara a unos 90 grados a la izquierda del bailarín.
En otra, captaron el movimiento del pelo de una joven que movía la cabeza. Para conseguir esta imagen, Two Mann pusieron un Profoto A1 detrás de ella como un halo de luz y usaron un segundo A1 con su Bounce Card para conseguir una tonalidad de piel suave, bonita y natural.
“La chica estaba moviendo el pelo y, gracias a experiencias pasadas, sabíamos que el pelo recoge la retroiluminación y queda muy bonito”, afirma Erika.
La sencillez del A1 ahorra ancho de banda mental
Two Mann consiguieron hacer todas estas combinaciones sin haber experimentado previamente con el Profoto A1, e incluso sin haber leído ningún manual. Les prestamos dos A1 el día de las capturas, por lo que tuvieron un par de horas para familiarizarse con el funcionamiento del Profoto A1 antes de que empezase la fiesta.
“Dos horas antes de que empezase la fiesta, teníamos los flashes en nuestras manos”, comenta Lanny. “¡Y no había ningún manual de instrucciones! Que hayamos aprendido a usarlo así de rápido lo dice todo. Nos encanta porque para nosotros el flash no ha sido algo muy técnico. Nunca nos lo hemos planteado como f-stops, velocidad del disparador y salida de potencia. Para nosotros es algo así como probar la sopa y ver si necesita más o menos sal; de un modo similar, aumentamos o reducimos la potencia del flash.
“Y en esto se basa principalmente el diseño de estos flashes. Tiene números muy grandes en la parte de atrás (2-10) y puedes ir subiendo o bajando”.
“No somos amantes de las herramientas”
Su facilidad de uso les vino genial. “No somos amantes de las herramientas, no nos gusta la tecnología, es imposible que nos importe menos la mecánica de una cámara”, comenta Lanny. “Queremos evitar que los aspectos mecánicos de nuestros equipos nos absorban; por eso, siempre ha sido importante para nosotros tener equipos pequeños, ligeros y lo más sencillos posible. Todo lo que nos hace ir más despacio nos impide capturar los momentos efímeros que tenemos delante”.
Erika añade que intentan evitar todo lo que les distraiga del momento en el que están. “No solo es que el equipo nos ralentice físicamente, sino también mentalmente. La idea es estar en la pista, en lo que está pasando y que nuestra mente esté 100 % concentrada en eso, y no dedicar nuestro ancho de banda mental a preocuparnos por la configuración del flash y las variables técnicas”.
“Unos días después de la fiesta, hicimos una sesión de fotos para una boda y nos hubiese encantado tener los A1. Es increíble lo rápido que el cuerpo y la mente se habitúan a algo que es mejor”.