El proceso de Jeremy Cowart, fotógrafo de llamativos retratos, puede parecer poco convencional e incluso algo caótico para algunos. Como pintor experimental que se dedica al <i>fine art</i>, aborda la fotografía de la misma forma que la pintura: sin normas, tan solo con margen para explorar y crear. Hace de su trabajo una obra de arte añadiendo nuevos elementos a su proceso y creando un hermoso caos de color, composición y luz.
Cuando Jeremy comenzó su carrera, la fotografía no parecía ser su vocación hasta que se compró su primera cámara digital, que en un principio pensaba utilizar para fotografiar formas y texturas aleatorias que le sirvieran en sus trabajos de ilustración y diseño como estudiante de ese ámbito. Tras recibir un suspenso en el primer semestre de fotografía, Jeremy se afanó en remontar fotografiando a sus amigos músicos. Al poco tiempo, empezaron a pagarle por fotografiar a personas y lugares alrededor de Nashville. Cuando se quiso dar cuenta, era un fotógrafo de verdad.
La gran oportunidad
Pronto llamó la atención de uno de los mejores agentes de Hollywood en 2005 al mejorar su oferta en un importante proyecto. Gracias a la creatividad de Jeremy, el agente se enamoró de su obra y no tardó en representarle en Los Ángeles. En palabras del fotógrafo: «A partir de ahí, mi carrera se disparó. Pasé de fotografiar pequeños conciertos en los alrededores de Nashville a producciones musicales de seis cifras en las que fotografiaba a personas como Sting».
Cómo aprendió Jeremy sobre iluminación
Cowart es el primero en admitir que no tenía ni idea de iluminación cuando empezó. «Contrataba un equipo, les explicaba lo que quería conseguir, el tipo de ambiente que buscaba y los observaba mientras lo montaban. Ellos hacen este tipo de cosas diariamente, es a lo que se dedican, y así fue cómo aprendí sobre iluminación».
«Tengo buen ojo y sé cómo dirigir. Era cuestión de aprender la parte de iluminación. Ahora soy todo un experto en el estudio. Lo hago todo yo mismo. De hecho, rara vez contrato a asistentes, porque dejo todo montado y no paro de hacer modificaciones, de añadir y probar cosas con mis flashes. Hace poco contraté a un asistente al que he recurrido durante años para que me ayudara en un proyecto y al terminar la jornada me dijo “Tío, qué locura. Apenas he hecho nada… Estabas en todas partes”. Y esto viene de alguien que trabaja con los mejores de los mejores».
Abordar la iluminación de forma orgánica
La iluminación de Jeremy Cowart es orgánica de la misma forma que lo es una escultura de Calder. Al igual que los elementos individuales de las esculturas de Calder transforman toda la escultura cuando el viento sopla a través y alrededor de ellos, el sistema de iluminación de Cowart cambia continuamente al utilizar diferentes luces y modificadores. Y como sus flashes siempre están colocados, preparados para ajustarlos antes de cada sesión, su estudio bien puede describirse como un taller de iluminación en eterno progreso.
Desarrollar un estilo único
Actualmente, Cowart está estrictamente especializado en fotografía de retratos de estudio. Su argumento de venta es su característico aspecto «Blender», que como su nombre parece sugerir, consiste en «una gran mezcla de equipos, luces estroboscópicas, proyectores y modificadores de luz, combinados con bombillas led de color y todo tipo de cosas extrañas».
«Mi Blender es un lugar donde ocurren “accidentes de iluminación maravillosos”. Con mi manera de trabajar, no podría capturar la misma imagen dos veces aunque quisiera: sería imposible. Los clientes se han enganchado a mi estilo, y yo he ganado con él».
«Céntrate en un estilo. Hay mucha buena fotografía por ahí, pero lo bueno ya no es suficiente. Encuentra un estilo único, aunque el proceso pueda resultar complejo. Y no ignores el lado comercial. Eres el director ejecutivo. Debes comprender cómo dirigir un negocio rentable».
La luz es la esencia de la creatividad
«Un amigo de confianza me dijo: “No mires más allá de Profoto. Punto”. Fue un movimiento inteligente porque aprendí iluminación con un sistema con el que podía crecer».
«Trabajo de forma poco convencional, todo está en constante movimiento. Disparo en modo de ráfaga y necesito flashes que puedan seguirme el ritmo. Y aquí es donde entran en juego mis compactos 500Ws Profoto D2. Capaces de capturar hasta 20 fps, son unas máquinas impresionantes. Son el sistema que utilizo a diario para todo».
Jeremy también utiliza Profoto Air Remotes y numerosas herramientas de modelado de la luz de Profoto en su trabajo. «La luz es la esencia de la creatividad y no puedo prescindir del sistema correcto. Estaría perdido sin mis Profotos. Son literalmente la esencia de lo que hago».
Jeremy recomienda la RFi Softbox 3x4 con una Profoto RFi Softgrid Rectangular para quienes dan sus primeros pasos en la fotografía de estudio. «Es una parte esencial de mi sistema de iluminación. Su tamaño es perfecto para los retratos con luz suave».
Contribuye a la comunidad mediante imágenes
Me gusta considerarme un narrador que cuenta historias de forma que ayuda a la situación, y no simplemente con el fin de producir imágenes dramáticas para mi portafolio.
Con este objetivo, Jeremy ha contribuido a recaudar fondos para las víctimas de terremotos en Haití, las víctimas de huracanes en Estados Unidos y para un proyecto de reconciliación relacionado con el genocidio que tuvo lugar en Ruanda hace unos 20 años. Más cerca de su hogar, Jeremy ayudó proactivamente a los afectados por los incendios que arrasaron Gatlinburg, Tennessee, en 2016. «Al final, solo persigo ideas. Voy donde me lleva el viento. Y cuando mis esfuerzos ayudan a otros, mucho mejor. Es la parte que más me gusta. Ayudar a los demás es gratificante».
Para ver más obras de Jeremy Cowart y saber más sobre los proyectos en los que ha trabajado, visita su página web.