La mayoría de los fotógrafos famosos, que en algún punto de su carrera lograron alejarse de las masas para hacerse un nombre propio, lo han hecho en un género específico. Moda, retratos, paisajes, música, deporte... Son muy pocos los que han tendido un puente entre el fotoperiodismo y la publicidad, lo que convierte a McNally en cualquier cosa menos en un tipo corriente. A punto de cumplir 70 años, está más activo que nunca y no para de recorrer el mundo en exigentes misiones. Es el fotógrafo de confianza para transformar pesadillas técnicas en fotografías impresionantes. Trabaje con luz ambiente o flash, siempre acaba consiguiendo la imagen que desea. Siempre. Conseguimos reunirnos con Joe McNally una mañana en Los Ángeles para charlar brevemente sobre la luz, el pasado y el presente.
¿Cuál es la mayor diferencia entre el Joe de 2022 y el Joe de 2002?
Hace 20 años, lo digital comenzó a arrasar en la industria y me transformé en un fotógrafo digital. Estaba inmerso en un cambio técnico, y no solo en lo que respecta a las cámaras, sino también en la forma de trabajar y en el papel de los medios. Por aquel entonces, mi obsesión era buscar trabajo y definir un plan de juego. Sin embargo, en la era predigital el trabajo se imprimía y permanecía en el quiosco durante un mes, y la gente hablaba de él. Hoy en día, ocurre lo contrario: las fotografías aparecen en Instagram y las personas interactúan con ellas en cuestión de segundos. También es verdad que cada vez son más los canales en los que puedes autopublicarte. En 2002, necesitabas aprobación o un encargo de un editor. Hoy soy yo el que decido. Y soy mucho más feliz.
¿Recuerdas el momento más revelador de tu trayectoria profesional?
No es un momento puntual. Creo que más bien ha sido una sucesión de momentos. He ido evolucionando y mejorando gracias a las personas que he tenido la suerte de fotografiar: Tony Bennett, Leonard Bernstein... Personas brillantes que han dejado una impronta en mí. Como fotógrafo, soy testigo de la excelencia, y la profesión te concede realmente «una licencia para robar experiencia», como dijo Jay Maisel. Cada uno de estos encuentros me ha enseñado algo con su particular momento revelador que me llevo conmigo. En capas.
¿Tienes algún consejo para los fotógrafos amateurs que aspiran a convertirse en profesionales?
En primer lugar, decide qué es importante presenciar. Para que esto ocurra, tienes que ser consciente del mundo, leer mucho y estar atento a lo que sucede. La fotografía consiste en mantener una conversación con alguien y, para ello, debe ser interesante. Y para que sea interesante, debe ser innovadora, romper con ciertas convenciones. Muestra una nueva perspectiva, una verdad que no conozco o comprendo totalmente. Pero quizá lo más importante es encontrar algo tan bello que no puedas dejar de fotografiarlo. Para mí eso es la danza.
¿Quién te inspira hoy en día?
En este momento, todos los fotógrafos que están en Ucrania. Creo que el trabajo que están haciendo es imprescindible, y personalmente me inspiran Carol Guzy y Daniel Berehulak. Sus imágenes son vitales para mostrar lo que está sucediendo y saber que la fotografía tiene la capacidad de cambiar el curso de la historia; cualquier fotógrafo que decide aventurarse en estas zonas de guerra para mostrarnos la verdad está desarrollando una impresionante labor para la humanidad.
¿Cuándo se considera que una imagen es «definitiva»? ¿Cuándo sabes que «la tienes»?
Bueno, siempre hay una restricción, que es el presupuesto. Los fondos en raras ocasiones son ilimitados, y el dinero dicta en último término hasta qué punto puedes ser ambicioso desde un punto de vista visual. Pero aparte de esto, es una habilidad, una intuición. La confianza es importante, y llega cuando entiendes la luz, conoces el equipo y desarrollas la capacidad de lograr siempre lo que buscas. Esa confianza es la que te ayuda a decidir cuando una imagen es definitiva. Simplemente lo sabes.
Describe la luz
La luz es el idioma de la fotografía. Como seres humanos, la buscamos, está en nuestra naturaleza. El ojo busca las áreas brillantes. Por lo tanto, el papel que desempeña la luz en una fotografía es un aspecto extraordinariamente importante de esta. Recuerda siempre que la propia palabra «fotografía» viene del griego y, literalmente, significa «escribir con luz». Una iluminación deficiente, o una comprensión errónea de la luz, puede hacer feo a cualquiera. Debes desarrollar un sentimiento, saber cómo tratar cada nueva escena, cada rostro. Es todo.
Nuestra breve reunión llega a su fin, Joe se marcha corriendo a un taller y puedo percibir la expectación en su voz al despedirnos. Preferiría salir a la calle, cámara en mano, que dedicar tiempo a grabar entrevistas conmigo. McNally es un trabajador nato y, aunque se le da muy bien poner palabras a este duro oficio, vive para hacer fotografías de verdad. Y, probablemente, por eso es quien es.