Más de lo que parece con Trupal Pandya y Profoto A2 | Profoto (ES)

Más de lo que parece con Trupal Pandya y Profoto A2

13 julio, 2022

Escrito por: Trupal Pandya y Angella Irwin

Muchos de nosotros hemos soñado con viajar a los lugares en los que el retratista y documentalista Trupal Pandya ha estado. Ha explorado muchas de las diferentes partes del mundo que, a veces, están a kilómetros de la civilización. Sigue a Trupal en su ruta hacia los imponentes volcanes de Guatemala, creando impactantes conexiones y bellos retratos con el nuevo flash portátil Profoto A2.

Testimonio de Trupal sobre el viaje

Desde cuevas llenas de humo encaramadas a cientos de metros sobre el tranquilo lago a calles empedradas llenas de textura, y de camino hacia las empinadas montañas: mi viaje captando la belleza de Guatemala fue, cuanto menos, físicamente muy exigente. Por eso viajar ligero de equipaje y con el equipo adecuado era tan importante. Con el pequeño y ligero Profoto A2 nunca he tenido problemas para llegar a lugares remotos y, así, capturar la impactante y espectacular belleza natural de la tierra y sus pueblos.

La luz que no pesa

Tanto si tengo que ascender miles de metros caminando, como si tengo que subir y bajar de barcos atestados de gente o maniobrar en espacios muy reducidos poco iluminados, es mejor ser capaz de viajar ligero para moverme ágilmente y sin equipos muy voluminosos. Contar con un flash pequeño a la par que potente del tamaño de una lata de refresco como el Profoto A2 te permite disparar en cualquier espacio y entorno sobre la marcha. En exteriores, muchas veces me meto entre variedad de personas y en situaciones que no siempre son posadas o planeadas, por lo que siempre tengo que estar preparado. Por eso, lo mejor es poder tener un pequeño kit para abrir rápidamente el bolso y sacar la primera foto en menos de 60 segundos.

Donde se acaban las carreteras

Me embarqué en un extraordinario viaje para conocer a los chamanes mayas locales, y observar y documentar su cultura y sus prácticas. El viaje me llevó en coche por una ruta pintoresca hasta Panajachel, la ciudad portuaria enclavada en la costa de una belleza sobrecogedora del lago Atitlan. De repente, se acabó la carretera y solo había agua y montañas alrededor, lo que auguraba la existencia de interesantes consideraciones logísticas. Al trabajar, tratar de mover grandes flashes en una lancha rápida no es lo mejor, así que, por suerte, tenía mi A2. El tamaño y la forma me facilitaron desenvolverme en el agua embravecida y, además, con su embalaje ultraligero, no tuve que descuidar ni calidad ni potencia. Por no hablar de que, con la incorporación del Clic Softbox, la comodidad de montar y desmontar rápidamente y meter el A2 en el bolsillo me dio más tiempo para centrarme en el proyecto para no tener que preocuparme por todo el equipo.

En el fuego

Mis proyectos me llevan a soportar condiciones extremas que no solo me desafían física y mentalmente, también ponen a prueba mi equipo. Todo lo que utilizo tiene que ser fiable, resistente y ultraportátil. Trato de comprender las formas de vida de las personas que están a kilómetros de distancia de la civilización y mi enfoque es primero observar sus prácticas, lo que me permite tener más confianza e impacto no solo para el espectador, sino para las personas de la propia comunidad.   

Después de subir las empinadas pendientes que rodean el lago, nos dispusimos a adentrarnos en los rituales y las ceremonias locales, así como a encontrarnos con una serie de chamanes. Cuando nos aproximamos a un grupo que se encontraba en una gran cueva, muy por encima del agua, encontramos peregrinos pidiendo ayuda y protección para varios aspectos de su vida.   

Durante este tiempo, un intenso humo empezó a llenar la cueva, lo que supuso un interesante desafío para la iluminación. Confié en mi luz de modelado para enfocar la cámara en un espacio tenuemente iluminado y utilicé el Clic Grid para controlar la dispersión de la luz por el espeso humo. Después, experimenté una de las ceremonias más imponentes en los densos poblados de Panajachal justo dentro del hogar de una chamana local. Había un porche cerrado donde celebraba sus rituales y erigía altares a los espíritus o, como ella los denominaba, «Nahuales». Pude captar la intensidad del momento en la cara de la chamana. Pude apreciar las huellas de mucho trabajo y energía derrochada en sus ojos, el conjunto de su boca y su postura. Disparar rápido y usando la capacidad del flash para reciclar rápidamente me ayudó a atrapar los detalles que hacían tan bonito compartir ese espacio con ella, sentir la reverberación de una práctica espiritual de tanta concentración. 

«No quiero “sacarte” una foto
Te quiero mostrar lo que yo veo
Una ofrenda
Para recordarte la infinidad de tu ser.
Sugerir
Apuntar
Disparar es pura belleza
Tan efímero que acaba en un instante
Algo para el futuro es el presente de tu pasado.
Un recuerdo de las montañas que la vida te pone delante para que las escales
Un recuerdo de todo lo que has conquistado y a lo que has renunciado en la vida
Mira dentro
En el camino que te queda por delante, mira lo que te queda por encima, por debajo, en el corazón y el alma
Merece la pena».
– Max Stossel

Manos amigas

Durante mis intensos y rigurosos viajes fuera de los cauces habituales, suelo confiar en un sencillo montaje. Aunque, incluso con el mínimo equipo imprescindible, sigo necesitando que me echan una mano o varias. Tanto si viajo solo, como si lo hago con un amigo o un familiar, siempre hay alguien de la comunidad que me ayuda. A veces es un extraño que me encuentro por el camino o el guía local que me presenta a sus vecinos, o incluso alguien que se acaba de sentar para posar para una foto y me quiere ayudar a sacar la siguiente. Los flashes y el fondo blanco muchas veces están en manos de alguien que acabo de conocer, lo que genera una conexión más profunda, no solo entre yo y mi improvisado equipo técnico, sino también con el sujeto que queda dentro del encuadre. Me he dado cuenta de que invitar a las personas a formar parte de la creación de estos retratos enriquece la experiencia global, porque todos colaboramos para hacer que la fotografía tome cuerpo.

Ritual, naturaleza, bondad y alma

Mi misión fue un éxito y regresé de una tierra de gran potencia espiritual y comunal con un vigor renovado, conexión humana y bellas imágenes. Lo que más me conmovió fue la intensidad de los apasionados rituales mayas, la exuberancia de la flora y la fauna que habitan en paisajes tan impresionantes, la bondad y el alma profunda de las personas que conocí, y el increíble poder de un volcán en erupción visto desde una montaña próxima. Con el A2, pude llegar a los espacios más pequeños y captar correctamente el brillo del rostro y las gotas de sudor de una chamana a más de 3500 metros de la tornadiza tierra volcánica, e iluminar los rostros cansados y esperanzados de los peregrinos que buscaban ayuda de los chamanes, y únicamente con el equipo que llevo en la mochila. He conseguido crear composiciones desde estas escenas en vivo que hacen justicia a la humanidad que hay detrás. Eso es lo que siempre trato de compartir y es mi aspecto favorito con respecto a la luz.

Escrito por: Trupal Pandya y Angella Irwin

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